A la cantante – que ha estado bajo tutela legal después de sufrir una crisis nerviosa en 2008, lo que permite que su padre Jamie tenga el control sobre todos sus asuntos – se le han impuesto unas cuantas condiciones para evitar que vuelva a perder el control.
Se cree que si la cantante de 29 años, que estará a finales de año de gira por Latinoamérica, tuviese un teléfono celular podría tener de nuevo problemas. Por ello, las personas cercanas a ella han decidido quitárselo, para mantenerla “bajo control”.
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