Si el propio Omega ha declarado que "la cosa no está nada fácil" porqué insiste en cobrar hasta 480 mil pesos por actuación en momentos incluso en que la gente ha perdido interés de disfrutar su música, a juzgar por la muy baja asistencia que han registrado últimamente sus fiestas en el país.
Como que el merenguero se ha tomado muy en serio sus colaboraciones con figuras tan taquillera como Pitbull, Akon y otros.
Pero de qué vale eso si sigues manejando tu carrera de manera tan errática que incluso para formalizar un contrato, según cuentan, es a puño a letra, como se hacía tres décadas atrás.
De que valen los elogios como artista -cuyo desempeño no discutimos- cuando la realidad es otra en la tierra que le dio la oportunidad de crear una plaza sustentable, la que descuidó al intentar labrar un futuro sin éxito en Estados Unidos, donde lo único que consiguió fue amasar más escándalos y controversias.
Ya lo dijimos una vez aquí, que tarde o temprano Omega vería los resultados de sus incumplimientos de compromisos e informalidades, lo que definitivamente ha provocado el que sus seguidores lo estén abandonando.
DE FUEGOALALATA.COM
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