jueves, 17 de noviembre de 2011

Pilar Beras: "Lo más difícil ha sido dejar de escuchar la risa de Freddy"


Mañana se conmemora el primer año de la muerte de Freddy y se prepara la proyección de un especial de TV

 Pilar, esposa por 32 años y hoy viuda de Freddy Beras Goico, sostiene que lo más difícil de su ausencia ha sido dejar de escuchar su risa descontrolada, su buen sentido del humor, su compromiso de solidaridad con los más necesitados y los poemas que él escribía para ella.
En cambio para Giancarlo, su hijo, lo que más extraña de su progenitor, Freddy Beras Goico, es al maestro atento y crítico y al padre ejemplar y cariñoso que siempre fue.
Pilar lo recuerda en su soledad, pues ya los hijos han hecho tienda a parte: Giancarlo con Pamela Sued y Laura Marie con el doctor José Rafael Yunén, pero con la firme determinación de haber vivido junto a un hombre que no sólo le dio la felicidad a ella y a los suyos, sino que ya es parte de la memoria y el cariño del pueblo dominicano.
Su hijo, más entusiasta aún, presentará este viernes 18, a través del programa que produce y que conduce Pamela, su mujer, a través de Color Visión, canal 9, un especial que recoge, en la medida de lo posible, parte de lo más trascendente de su vida y su carrera.
PATRIMONIO DOMINICANO
Feddy Beras Goyco, que dejó de ser de su familia, para convertirse en propiedad y patrimonio dominicano -así lo relata Pilar, que le dijo un motorista cuando regresaron al país con el féretro- fue tantas cosas: productor, presentador, escritor, humanista, humorista, poeta -la parte menos conocida y la más disfrutada por su esposa- y a un año de su desaparición física, sigue estando presente en la mente de sus seres queridos.
Ahora que no lo tiene a su lado y que la nostalgia aflora a ella a cada instante, se complace con saber que a parte de haber sido el marido ejemplar que fue, también realizó una gran labor como padre, inculcando a sus hijos los mejores valores como la responsabilidad, la honradez, la entrega al trabajo y la profesionalidad.
Aunque no hay momento del día que no piense en su compañero de viajes, de risas, de llantos, se siente tranquila porque Dios la ha bendecido con una familia maravillosa que cada día crece más -pronto vendrá al mundo su primera nieta- y orgullosa del respeto y el cariño que le dispensan los dominicanos a su difunto marido.
Por lo pronto, el viernes habrá una misa en la Catedral a las 5 de la tarde, a la que puede asistir todo el que quiera acompañarlos; pero la familia quiere el día de su natalicio, el próximo 21 de noviembre, recordarlo en la intimidad.

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