Luis Vargas estaba pautado para tocar
en la fiesta navideña parta los empleados del grupo Telemicro, y según
nos cuentan, decidió irse sin actuar, debido a que pedía que otra de las
atracciones le cediera el turno y no se pudo.
Una situación similar a la de Eddy Herrera y El Torito el año pasado.
El caso es que Vargas recogió sus motetes y se fue, alegando que tenía otro compromiso en el interior del país.
También estaba pautado para actuar en el concierto de fin de año en el
malecón, pero según cuentan, él mismo se auto excluyó, lo que provocó
que se le sacara de la pauta de "calentamiento" en la radio que se hace
siempre previo a los espectáculos de la empresa.
Algo similar a lo que hacen los empresarios, cuando traen a un artista
internacional, que en el momento no tiene vigencia en la radio.
Antes de que el artista llegue, procuran que sus discos suenen en la radio, para de ese modo motivar y ambientar al público.
Cuentan que como Luis Vargas se excluyó del espectáculo en el malecón,
del mismo modo se le sacó de la pauta de "calentamiento" radial del
grupo de artistas que si participarían en el concierto de Telemicro,
pues no tenía sentido que estuviera en esa pauta especial, sin que ello
signifique que no pueda estar en la rotación musical habitual.
En todo esto siempre hay manejos y concesiones que no se ven. Lo mismo
ocurre con los espectáculos que organiza la emisora La Mega, de Nueva
York, por ejemplo, que cuando tienen un evento en el Madison,
previamente "calientan" la música de los artistas de esa cartelera en
sus medios, lo cual s usual.
Al artista que no esté en esa cartelera no hay por qué darle ese
"plus".
Esto a propósito del manejo interesado que se le ha dado al caso Luis
Vargas y el alegato de que se le sacaron sus discos de las emisoras de
Telemicro.
Por lo demás, (y eso lo decimos nosotros), los artistas creen que la
radio son un medio de beneficencia, y no entienden que ante todo es un
negocio. Igual al de los artistas que si no les pagan su tarifa no
tocan.
Cuando las cosas se vean de manera objetiva, entonces las confusiones y pretensiones serán otras.
Joseph Cáceres
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