Una fotografía de la autopsia de Michael Jackson mostró una faceta de él que nadie conocía, denotando su extrema vanidad, esto durante el juicio para decidir si la productora AEG Live compartía culpa en la muerte del cantante junto a su médico de cabecera, Conrad Murray.
En el informe de autopsia, el Doctor Christopher Rogers indicó que los labios de Jackson estaban tatuados de color rosado, en tanto sus cejas también eran un tatuaje oscuro. Además en la parte frontal de su cráneo tenía otro tatuaje negro, del cual infieren que era para mezclar el nacimiento del pelo con las pelucas que usaba.
En el juicio, Rogers también declaró que “no hubo indicios en la autopsia de que había algo anatómicamente mal con él que pudiese llevarlo a una muerte prematura”. También se llegó a la conclusión que la muerte de Michael Jackson fue por una sobredosis de propofol y que varios sedantes que Murray le había dado esa mañana contribuyeron a la muerte del cantante.
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